Publicado y traducido por la firma Winter – Dávila & Associés.
París, 30 de noviembre de 2021.

Autora: Sarah Huchet

Sarah es licenciada en Gestión y Marketing Deportivo por la Universidad de Northwestern Ohio (EE.UU.), tiene un máster en Litigios Empresariales por la Universidad de París 1 – Panthéon Sorbonne (Francia), y un máster en Derecho Deportivo por la Universidad de Aix-Marseille (Francia). Trabaja como jurista en el bufete Civale de Nápoles (Italia), principalmente en casos de derecho deportivo ante la FIFA y el TAS.

También publicó un artículo en la RDES (Rivista di Diritto ed Economia dello Sport) sobre el RSTP de la FIFA.

Es titular de la CRFPA y actualmente es futbolista profesional en el Fiorentina (Italia).

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El papel clave de la FIFA hacia un crecimiento sostenible.

Este artículo se centrará en el papel que ha desempeñado la FIFA en los últimos años, en relación con la profesionalización del fútbol femenino, incluyendo su mayor medida hasta la fecha, la aplicación de condiciones laborales mínimas para las jugadoras.

No es ningún secreto que en los últimos años el fútbol femenino ha cobrado interés en todo el mundo y está en constante desarrollo, atrayendo no solo a nuevas jugadoras, sino también a nuevos aficionados, nuevos medios de comunicación, nuevos patrocinadores y nuevas partes interesadas de todo tipo. La Copa del Mundo de 2019 ha tenido un gran impacto[1], por encima de las expectativas de los expertos. Es por ello que actualmente la principal preocupación es cómo desarrollar más el fútbol femenino y hacerlo sostenible.

Es evidente que no se puede centrar la atención en un solo ámbito de crecimiento. El fútbol femenino tiene que mejorar en muchas áreas para que sea realmente sostenible.

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Sin embargo, entre otras estrategias clave, está claro que el fútbol femenino tiene que ser más profesional para atraer a más jugadoras, mantenerlas en el juego durante más tiempo y ayudarlas a rendir al máximo, lo que atraería a más aficionados, aumentando así el interés de los patrocinadores y los medios de comunicación, lo que, en consecuencia, se traduciría en más dinero invertido en el juego. Es decir, debe verse como un largo ciclo que comienza en el ámbito reglamentario, aumentando los derechos básicos de las atletas, lo que tendrá, en fin, un enorme impacto en todo el movimiento del fútbol femenino.

La FIFA, el organismo rector del fútbol internacional, ya comprendió la importancia de dotar a las jugadoras de un entorno más profesional antes del anterior Mundial y ha estado trabajando en ello desde entonces.

Hay que entender que la FIFA desempeña un papel clave en este asunto, ya que tiene la autoridad para aplicar normas que se impondrán a todas las asociaciones miembro, en lugar de que sean las federaciones nacionales y/o las leyes nacionales las que regulen sus propias ligas y competiciones, creando así un nivel desigual de protección y profesionalización de las mujeres en todo el mundo, lo que inevitablemente impediría el ascenso efectivo del fútbol femenino.

Teniendo en cuenta que la irrupción del fútbol femenino en la escena internacional es bastante reciente, está claro que el trabajo de la FIFA aún no es suficiente, pero los primeros pasos son siempre los más difíciles de dar y la FIFA seguirá trabajando en la profesionalización del fútbol femenino, como ya se ha expuesto con el lanzamiento de la Estrategia para el Fútbol Femenino[2] en 2018 o, más recientemente, la publicación del Manual del Administrador del Fútbol Femenino (Women’s Football Administrator Handbook)[3] in 2020.

Como se ha dicho, en 2018, antes de la última Copa del Mundo, la FIFA había dado a conocer la Estrategia de Fútbol Femenino en la que abordaba algunos puntos clave sobre la profesionalización del fútbol femenino[4], expresando la necesidad de una mayor fuerza reguladora y una relación más sólida con los principales actores del fútbol profesional. Esta estrategia se basaba en las cuatro ideas siguientes[5]:

– ” Reforzar el sistema de equiparación de fichajes para incorporar los traspasos de jugadoras en el fútbol femenino (Strengthening the transfer matching system to incorporate player transfers in the women’s game)

– Incorporar el sistema de licencias de clubes como herramienta de desarrollo para elevar el nivel de los clubes y las ligas y acelerar el desarrollo del juego a todos los niveles (Incorporating the club licensing system as a development tool to raise the standards of clubs and leagues and accelerate the development of the game at all levels)

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Elaborar y publicar un informe periódico sobre el panorama del fútbol profesional femenino para seguir de cerca y fomentar el crecimiento en colaboración con todas las partes interesadas en el fútbol femenino (Develop and issue a regular report on the landscape of women’s professional football in order to closely monitor and foster growth in collaboration with all women’s football stakeholders)

Crear una plataforma de intercambio de experiencia y conocimientos sobre la profesionalización del fútbol femenino (Create a sharing platform for exchange of expertise and knowledge on the professionalisation of women’s football).

Foto: pixabay.com

En 2020, yendo más allá, la FIFA publicó un manual para seguir profesionalizando el fútbol femenino, lo que demuestra la importancia de esta preocupación por el desarrollo del fútbol de mujeres. Según la FIFA, “todas las jugadoras a tiempo completo necesitan un marco contractual que les garantice un salario mínimo y las proteja de la explotación”. Este manual recuerda las ayudas disponibles para las deportistas, recogidas principalmente en el Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores[6], que es aplicable tanto a los jugadores como a las jugadoras, salvo que se exprese lo contrario.

Los principales principios que merecen ser citados y que podrían ser útiles para la profesionalización del fútbol femenino son:

– Estabilidad contractual: impide que los clubes rescindan unilateralmente los contratos sin causa justificada y sin afrontar ninguna consecuencia[7];

– Protección de menores[8];

– Contribución Solidaria: genera ingresos para los clubes de formación [9]; y

– La disponibilidad del mismo sistema de resolución de conflictos que para los litigios relacionados con el fútbol masculino: garantiza el respeto de la normativa vigente, así como la aplicabilidad a las jugadoras de las decisiones de la Cámara de Resolución de Disputas, como por ejemplo el conjunto de requisitos mínimos que debe incluir el contrato de una jugadora para que sea válido[10].

Además, la aplicabilidad del Sistema Internacional de Transferencia de Jugadores tanto a los hombres como a las mujeres es una garantía adicional para las futbolistas, ya que permite a la FIFA hacer cumplir el Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores e investigar las presuntas infracciones de dicho documento.

A pesar de que la FIFA ha puesto a disposición de las jugadoras profesionales la mayor parte del marco normativo existente para los hombres, esto no ha sido suficiente para que el fútbol femenino crezca correctamente y por eso, todavía en 2020, la FIFA anunció una de las reformas más importantes hasta la fecha, la aprobación de una serie de condiciones laborales mínimas para las jugadoras[11].

Ante todo, hay que entender que cada asociación miembro debe respetar estas condiciones mínimas, pero es libre, sin embargo, de ofrecer una protección mayor.

El nuevo marco laboral ofrece a las deportistas un permiso de maternidad, definido como un periodo mínimo de 14 semanas de ausencia remunerada, con al menos ocho semanas después del parto, durante la vigencia del contrato profesional, remunerado por el equivalente a dos tercios de su salario contratado[12].

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Mientras estén embarazadas, las jugadoras también están protegidas por el nuevo reglamento de la FIFA, que les otorga el derecho a elegir entre seguir prestando servicios deportivos con asesoramiento médico regular e independiente, o el derecho a prestar servicios a su club de forma alternativa, teniendo no obstante derecho a recibir la remuneración íntegra. El club no tiene más remedio que respetar la decisión de la jugadora y formalizar un plan para su empleo alternativo.[13].

Una vez finalizado el permiso de maternidad, las deportistas tendrán derecho a reincorporarse a la actividad futbolística, teniendo su club la obligación de reintegrarlas y proporcionarles un apoyo médico continuado, así como la oportunidad de amamantar y/o extraer leche[14].

Por último, la FIFA ha decidido ofrecer a las jugadoras una fuerte protección en cuanto a su relación contractual con sus clubes. La rescisión unilateral del contrato de una jugadora por estar o quedar embarazada, por estar de baja por maternidad o por hacer uso de los derechos relacionados con la maternidad en general se considera una rescisión sin causa justificada y se considera una circunstancia agravante que puede dar lugar a la obligación de pagar una indemnización, así como a la imposición de sanciones deportivas junto con una eventual multa. Y lo que es más importante, se presume que la rescisión unilateral de un contrato durante un embarazo o una baja por maternidad se ha producido como consecuencia de que la jugadora esté o se quede embarazada. Esto es una gran garantía para las jugadoras, ya que podría parecer difícil para las jugadoras demostrar que la rescisión unilateral se basó en el embarazo de la jugadora[15].

Con el fin de facilitar el proceso, los clubes pueden inscribir excepcionalmente a una jugadora fuera de un periodo de inscripción para sustituir temporalmente a una jugadora de baja por maternidad. La sustitución es temporal, y la duración del contrato va desde la fecha de inscripción hasta el día anterior al inicio del primer periodo de inscripción tras la reincorporación de la jugadora que ha disfrutado de la baja por maternidad, salvo acuerdo mutuo. Además, una futbolista que haya finalizado su periodo de baja por maternidad puede ser inscrita excepcionalmente fuera del periodo de inscripción[16].

Como se ha expresado anteriormente, sin una profesionalización real y concreta, el desarrollo que el fútbol femenino ha presenciado en los últimos años sería una tendencia a corto plazo, condenada a desaparecer, pero parece que la FIFA ha hecho del fútbol femenino una de sus prioridades y seguirá abordando asuntos clave para que el juego crezca de forma sostenible.

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Idioma original del artículo: Inglés

Este artículo ha sido publicado por la firma Winter – Dávila & Associéssociedad con sede principal en París, compuesta de abogados en Francia que hablan español, especializados en arbitraje internacional, derecho corporativo, derecho deportivo  y representación en general.

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[1] FIFA Women’s Wolrd Cup France 2019, Global Broadcast and Audience Report, https://digitalhub.fifa.com/m/5fd80f719fbff8e4/original/rvgxekduqpeo1ptbgcng-pdf.pdf

[2] Women’s Football Strategy, 2018, https://digitalhub.fifa.com/m/baafcb84f1b54a8/original/z7w21ghir8jb9tguvbcq-pdf.pdf

[3] Women’s Football Administrator Handbook, 2020, https://digitalhub.fifa.com/m/7a077094dd7d176c/original/nduju6vk2fyr7d8doyu3-pdf.pdf

[4] Women’s Football Strategy, 2018, P.17, https://digitalhub.fifa.com/m/baafcb84f1b54a8/original/z7w21ghir8jb9tguvbcq-pdf.pdf

[5] Traducción libre del inglés al español realizada por Winter – Dávila & Associés.

[6] RSTP, August 2021 Edition, https://digitalhub.fifa.com/m/196c746445c58051/original/Regulations-on-the-Status-and-Transfer-of-Players-August-2021.pdf

[7] RSTP, Chapter IV

[8] RSTP, Chapter VII

[9] RSTP, Chapter VIII

[10] Women’s Football Administrator Handbook, 2020, P.126-127, https://digitalhub.fifa.com/m/7a077094dd7d176c/original/nduju6vk2fyr7d8doyu3-pdf.pdf

[11] Women’s Football Minimum Labour Conditions for Players, 2020, https://digitalhub.fifa.com/m/033101649cc3c480/original/f9cc8eex7qligvxfznbf-pdf.pdf

[12] RSTP, art. 18 §7 and Definitions §30

[13] RSTP, art. 18quater §4 a) and b)

[14] RSTP, art. 18quater §4 d) and §5

[15] RSTP, art 18quater §1 §2 and §3

[16] RSTP, art. 6 §1 a), b) and c)