Artículo resumen publicado por la firma Winter – Dávila & Associés
Artículo original: bebasket.fr
París, 1 de julio de 2025.
El éxodo creciente de jóvenes jugadores franceses hacia las universidades estadounidenses se ha convertido en un verdadero problema para los clubes profesionales de Francia. Esta tendencia se apoya en un vacío jurídico que pone en peligro los equilibrios contractuales y el modelo económico de los centros de formación. La causa: la ausencia de un marco internacional que regule las salidas de jugadores con contrato hacia una entidad que, como la «National Collegiate Athletic Association» (NCAA – el organismo que regula el deporte universitario en Estados Unidos), no está afiliada a la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA).
Ruptura de contrato: una excepción, no una regla
En el derecho francés, un contrato de duración determinada (CDD), como los que vinculan a los jóvenes jugadores de baloncesto con sus clubes, debe cumplirse hasta su término. La ley del 27 de noviembre de 2015 regula estrictamente los casos de ruptura anticipada: contratación con un contrato indefinido (CDI), falta grave, fuerza mayor o incapacidad profesional. Sin embargo, existe una excepción: la ruptura de mutuo acuerdo, prevista en el artículo 15.1 del Convenio Colectivo del Baloncesto Profesional.
Es esta disposición la que explica la mayoría de las salidas recientes hacia la NCAA, como en el caso de Mathis Courbon, quien dejó el club Roanne para unirse a Murray State, a pesar de haber firmado su primer contrato profesional en 2024. Una ruptura formalizada mediante un acuerdo de rescisión, debidamente registrado ante la Liga Nacional de Baloncesto (LNB).
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¿Ninguna indemnización para los clubes?
La NCAA no depende ni de la FIBA ni de ninguna otra federación deportiva internacional. Por lo tanto, queda fuera de los reglamentos que protegen a los clubes europeos en los traspasos hacia ligas como la NBA. Así, salvo que exista una cláusula contractual específica, no hay ningún mecanismo que permita a los clubes franceses recibir una indemnización cuando un jugador parte hacia Estados Unidos.
Un jugador no puede rescindir unilateralmente su contrato con el pretexto de haber recibido una mejor oferta, conforme al Código del Deporte. No obstante, ciertas cláusulas de salida pueden negociarse con antelación, especialmente en caso de no clasificación del club o a cambio de una indemnización establecida en el contrato (artículo 15.2.2 del Convenio Colectivo).
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Irse sin acuerdo: posible, pero arriesgado
A pesar de la falta de claridad en la normativa, un jugador con contrato no puede marcharse a la NCAA sin poner fin a su compromiso. Esto implica, o bien una rescisión de mutuo acuerdo, o bien esperar al término del contrato. A diferencia de la NBA, donde existen topes de indemnización para los traspasos de jugadores extranjeros (825 000 dólares en la temporada 2023-2024), no existe ningún mecanismo comparable que regule los movimientos hacia las universidades estadounidenses.
Una reforma estructural necesaria
Ante esta deriva, solo una reforma internacional podría restablecer el equilibrio. El autor hace un llamado a la FIBA para que cree un marco jurídico que reconozca las salidas hacia la NCAA como traspasos a título oneroso. Esto permitiría a los clubes europeos recibir compensaciones, del mismo modo que ocurre con una transferencia tradicional.
El baloncesto francés corre un riesgo creciente: podría convertirse en un vivero al servicio de programas como «Next Stars», transformando a los clubes locales en simples etapas dentro de una cadena completamente controlada por la NBA. En tal contexto, un sistema de indemnizaciones mutualizadas podría privar definitivamente a los clubes formadores de una remuneración justa por el desarrollo de sus talentos.
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Si no se hace nada, el modelo francés podría vaciarse de su contenido. Como ocurrió en el fútbol antes de la ampliación del primer contrato profesional, está en juego la supervivencia económica y deportiva de los clubes formadores.
El riesgo es estructural. Se necesita una reforma global y un marco normativo vinculante a escala internacional para evitar que el baloncesto europeo se convierta en un simple trampolín hacia América.
AVISO LEGAL: Este artículo ha sido preparado sólo con fines informativos. No es un sustituto de asesoramiento legal dirigido a circunstancias particulares. No debe tomar o abstenerse de tomar cualquier acción legal basada en la información contenida sin primero buscar asesoramiento profesional, individualizado basado en sus propias circunstancias. La contratación de un abogado es una decisión importante que no debe basarse solamente en artículos.
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